viernes, julio 29, 2005

Frases

"...hay historias perdidas en las arrugas de todos los rostros y en los ojos opacos de todos aquellos que ha ido venciendo la vida"

La frase es de Rafael Marín y pone fín a la entrada títulada "EL QUE LA LLEVA LA ENTIENDE"(2005-07-28), de su blog (que os recomiendo encarecidamente) "Crisei". No he podido reprimir el impulso de abrir un post tan sólo para escribirla, para hacerla mía de algún modo, supongo. Hay frases que merecen un libro entero, como coartada o mero soporte; el abrigo de cientos de páginas y de palabras que las arropen y las mantengan a cubierto, pacientes y embozadas, a la espera de que alguien las lea y decida adoptarlas. Merece la pena leer aunque sólo sea para descubrir una buena frase. Lástima que mi memoria de pez no me permita retenerlas. En fin.

miércoles, julio 27, 2005

Pórtico



Sé que no debería destripar el final de este libro. Sé que no es muy correcto empezar la casa por el tejado. Pero aquí soy yo quien ordena y manda, y como de todas maneras no lo va a leer nadie... pos eso. La cuestión es que hoy he acabado este libro (lo que no encierra demasiado mérito por mi parte porque la verdad es que se lee sólo) y el final me ha sorprendido gratamente por dos razones. La primera porque es un final que se agradece en tanto en cuanto consigue sorprenderte, y lo hace de un modo sencillo, tal vez, porque el propio género así lo exige (debo reconocer que no soy un ávido lector de inveteradas inclinaciones literarias en lo que al género fantástico se refiere y tal vez por ello mi grata impresión por esta o cualquier otra lectura de similares características no encierra más misterio que el que pueda contener la sonrisa de un niño en un parque de atracciones). La segunda razón es porque un final así te enfrenta a una situación inimaginable dentro de nuestras mundanas pautas referenciales, por lo que exige un esfuerzo mayor, si cabe, por empatizar con el protagonista de la historia. Que sí, que sí, que se me va la pinza por momentos, muchos sorrys para todos. Permitidme que os ponga en situación:

"Robinette Broadhead es el nombre del protagonista de esta novela, trabaja en las minas de alimentos y le toca la lotería. Con el dinero que ha ganado invierte en un viaje a Pórtico, una estación espacial alienígena abandonada, que contiene maquinaria extraterrestre totalmente incomprensible para los seres humanos, entre la que se encuentran unas naves que todavía funcionan. Cada viaje es tentar a la suerte, porque el destino puede que sea una estrella nova, un agujero negro, y en el mejor de los casos, un planeta inexplorado. Los pilotos que suben a las naves saben que tienen muchas posibilidades de no volver, pero también saben que cualquier hallazgo que realicen puede reportarles la riqueza para toda su vida. Este es el marco en el que se desarrolla una de las novelas mas interesantes de la ciencia ficción. " (texto extraido de aquí)

Afoto del autor: Frederik Pohl

La verdad es que una vez leido esto, muchos de vosotros optarán por pasar el día haciendo labores de mayor enjundia, como por ejemplo limpiar la pecera o directamente pasar a la "rascada gonadal" frente al televisor, que es un deporte patrio muy nuestro al que por nada del mundo quisiera que renunciaseis. La cuestión es que (volviendo al destripe original) nuestro amigo Robinette pierde el amor de su vida por culpa de un accidente del que es responsable en gran medida. En uno de esos viajes varias naves acaban aproximándose peligrosamente a la órbita de una de esas peculiaridades llamadas agujeros negros y debido al susodicho accidente la nave de Rob es la única que vuelve a casa. La paradoja reside en que al llegar a Pórtico había transcurrido un año para los habitantes de la estación espacial, y tan sólo unas semanas para Rob. A su llegada éste es colmado de gloria y de las bonificaciones acordes con los descubrimientos reportados por el viaje. Pasan los años y Rob, pese a nadar en la abundancia, no puede dejar de sentirse culpable por la pérdida de Klara (nos ha jodido), que sigue vagando en algún lugar del espacio junto al resto de la malograda tripulación. Esperando ayuda inutilmente y consciente de que ha sido traicionada, relegada, abandonada por Rob, presa eternamente, en definitiva, de una distorsion espacio-temporal (no me obliguen a entrar en detalles que me pierdo) que la mantiene anclada en algún lugar del espacio mientras Rob envejece a años luz de distancia. ¿Os imaginanáis lo que debe sentirse con tu media naranja a años luz de distancia, no acabando nunca de morir, ni de envejecer? ¿Es posible imaginar que mientras transcurre toda tu vida (culpabilizándote por la pérdida de alguien que ni siquiera ha muerto y de la que, por tanto, jamás puedes desvincularte emocionalmente del todo) para ella sólo están transcurriendo unos minutos, tal vez horas de angustia e incertidumbre? Pa cagalse ¿sí o sí?. ¡Ya ves neng!


Así me temo que sus habéis quedao (digo yo que el de la manita andará pensando que a la piva el pecho le cuelga un poco y el de el pantalón rojo tal vez se haga ilusiones con la piva, que ya la véis, ni siente ni padece), víctimas de esta otra paradoja más familiar: la "espacio-cogorzal", otro día la abordaremos como es debido, que no tengo el cuerpo para tanta metafísica.

martes, julio 26, 2005

"Blind Justice"


Los lunes a partir de las 01:00 horas (hay que joderse), Telecinco estrenará el episodio piloto de “Justicia Ciega”, una producción de Paramount para ABC, que no superó su primera temporada en antena, estrenándose en marzo con 12,3 millones (aunque las audiencias fueron cayendo hasta sumar menos de 7 millones en sus últimas citas) y siendo cancelada el pasado mes de mayo. La producción narra las vivencias de Jim Dunbar, que tras quedarse ciego en acto de servicio, decide renunciar a una indemnización para seguir trabajando con la ayuda de su perro.En su nuevo trabajo, Dunbar trabajará con los detectives Tom Selway, Marty Russo (que no dudará en humillar a Jim) y Karen Bettancourt (una policía especializada en homicidios). En su vida personal, Jim contará con el apoyo de su mujer Christie, que le ayudará en sus momentos de debilidad, pese a las pasadas infidelidades de Jim. No sé que tal puede estar porque yo, pese a tenerlo grabado, todavía no lo he visto. Eso sí, por muy mala que sea esta serie siempre estará a años luz de bodrios patrios como "los Serrano" o "mis adorables vecinos". ¡Menuda Mierda!

domingo, julio 24, 2005

Bricopollas



Sí, es posible que me haya excedido. Que un título como este, lejos de ser gracioso, lo único que consiga es hacer pensar a los imposibles lectores de este blog que su autor es un grosero, como poco. Lo cierto es que solo pretendía desahogarme y la culpa de mi lamentable estado de nervios la tiene el capullo que dirige el programita conocido como "Bricomanía". Sin duda este es el tipo responsable del mayor índice de separaciones y divorcios de nuestro país. Porque ustedes no saben lo que supone estar casado y asistir en familia a la emisión de uno de esos programas. Al principio todo era muy sencillo e incluso se agradecía que un alma caritativa se dignara a iluminar al resto de los mortales sobre los usos de las diferentes herramientas que existen. Mi padre aporreaba los clavos con lo primero que le venía a mano, sin ir más lejos, motivo por el cual tardé muchos años en descubrir para qué sirve un martillo. La cuestión es que hacía tiempo que había perdido la pista a este programa. Sabía que ahora es telecinco y no la primera de TVE quien lo emite. Lo que no sabía era que los contenidos del programa habían superado con creces toda expectativa humanamente previsible. Ahora el de la barba ya no se conforma con enseñarnos a colgar un cuadro o a pintar una pared como Dios manda, no, ahora se dedica a enseñarnos cosillas tales como ¡Construir una piscina en nuestro jardín! ¡Pero es que este tio no se ha enterado de cómo anda la vivienda en este país, o de los metros cuadrados de que disponemos!
Pero eso no es todo. Ahora el resumen previo a la hazaña ya no cuenta con los utensilios típicos: tornabís, martillo, cola en sus múltiples variantes, tornillos, etc; ahora nos recomiendan utilizar hormigoneras o retroexcavadoras (juro que en el capítulo de hoy salía el tío manejando uno de esos trastos y excavando en el jardín, que paracía McGiver, el tío). ¡Arg! Cómo le odio. La parienta le mira, ve lo que hace, y luego, claro está, compara. Ahí empieza el problema. Cuando tienes que explicarle que en la tele no todo es como lo pintan. Porque digo yo que el capullo ese no será tan multiusos y perfectito como parece, ¿no? Otro día hablamos del comeflores de la coleta, que también taladra lo suyo con los geranios, los tiestos, el abono y esos infernales nombres botánicos.

Mírenlo ahí, tan pancho. Riendo como quien no sabe de qué va la cosa. Casi diría uno que ajeno a todo el mal que provoca semejante bestia parda. Si es que encima va de guapo. Por cierto, ¿Habrá hecho él ese extrañó sofá estantería?

sábado, julio 23, 2005

Andrew



Thomas Lenk, que así se llama la criaturita, nacio el 16 de Junio de 1976 en California, y es sin duda la revelación consagrada en esta séptima y última (¡Snif!) temporada de "Buffy cazavampiros", que empezó con el desconcierto propio con que Whedon acostumbra a dar sus primeros pasos (tal y como ya ocurriera en la sexta, con la dichosa resurrección de la cazadora y la interminable sucesión de capítulos en los que Buffy permanecía desorientada dando tumbos existenciales por una trama argumental que parecía no coger cuerpo ni a la de tres). Pero enseguida cobró una inercia frenética en la que acontecimientos y personajes parecen mezclarse para llevarnos en volandas hacía la culminación del apocalipsis más publicitado de la historia. Y en medio de semejante zarabanda de cazadoras, supervillanos etéreos o con alzacuellos y los scoobys de siempre (bueno, los de siempre no: un Giles que ya no pinta nada, una Willow que sin Tara y sin su magia no parece nuestra Willow, una Anya más currada y absurda sin su Xander que, a la vista de su papada jamonera, bien hace Whedon en chapar el garito antes de que a la peña le dé por lanzarle arpones), en medio del fragor de la batalla en ciernes con las hordas de "el primero" asomando la cabecita por entre los resquicios del sello, se alza una vocecilla de niñato tipo "yosoyrebeldeporqueelmundomehizoasín", unas hechuras desgarbadas y un amaneramiento de crio consentido que dan cuerpo al personaje de Andrew, el supervillano friky que parece haberse tomado unas vacaciones del reverso tenebroso en que permaneció instalado durante la sexta temporada de la mano de Warren y Jonathan. Este ha resultado ser el contrapunto ideal a todo el drama y la tensión que subyace a lo largo de la historia, una suerte de paréntesis que permite coger aire para sonreir y olvidar que Sunnydale descansa sobre la boca más hambrienta del infierno Whedoniano. Este chaval se ha ganado el corazón de todos los seguidores del Buffyverso y no me parecería descabellado brindarle la oportunidad de explotar esa genialidad humorística que desprenden sus frases ( le dobla un tal David carrillo, reconozcamos su parte del curro) como partícipe o protagonista principal, incluso, de otro Spin-off propio de la factoría Whedon. Sin duda sería la excusa perfecta para que todos los Buffyfreaks, que somos legión, tuvieramos dónde saciar nuestra necesidad de seguir participando en este mundo condenado a la extinción si nadie lo remedia. Nuestro Andrew apareció regularmente en la serie durante la sexta y séptima temporada, aunque, curiosamente, su entrada inicial tuvo lugar durante la cuarta, donde hizo sus pinitos como vampiro lacayo de Harmony. A pesar de que junto a Warren y Jonathan formó el triumvirato de villanos más surrealista que se haya visto en televisión, es en solitario cuando su personaje cobra mayor relevancia y parece rememorar las intervenciones que en sus inicios aportara Xander al grupo (antes de que se convirtiera en el "revientabásculas" Xander, claro. Y encima le cambian un ojo por un parche, lo que le faltaba para que su "sex appeal" subiese enteros). ¿Por qué acaba “Buffy”? Según todos los indicios, “Buffy, Cazavampiros” terminó porque Sarah Michelle Gellar así lo decidió, aunque la audiencia había caído (sumó 3,8 millones de media en su séptima temporada), UPN quería continuar con la serie (que era su espacio más visto y de mayor presupuesto) pero Sarah Michelle Gellar quería triunfar en el cine. Por lo visto, la decisión de Sarah provocó el enfadó de Alyson Hannigan, que apostaba por seguir en la serie, una depresión a Nicholas Brendon, que cayó en las garras del alcohol y el fichaje de James Marsters por “Angel”, que fue cancelada un año después.
El final de la séptima temporada ha sido el final de la serie. No habrá más Buffy (ya veremos). Se acabaron los vampiros de ceño imposible estallando a estacazos como relojes de arena. La historia no parecía dar más de sí y al director se le intuía cierto cansancio que a menudo se reflejaba en gran parte de los capítulos para tristeza de todos cuantos hemos seguido y disfrutado las desventuras de los Scoobys. Siempre nos quedará Andrew cuando alguien reproche a Whedon su séptima temporada, el final de Anya o el de Spike (último buque insignia de la serie). Mejor un punto y final, porque sin ellos ya solo me queda el consuelo de que alguien convenza a Whedon para lanzar una serie sobre Andrew y así, al menos, echar unas risas.

miércoles, julio 20, 2005

La mala educación

No amiguetes, no. esto no va de la última majadería fílmica de la locaza manchega. Esto es simplemente una reflexión metafisicocárnica de las mías, mismamente (pa cagalse, vamos). Pues resulta que estaba yo en un tren "camino de" o de "vuelta de" (practicamente vivo en un vagón de tren) cuando el destino me ha señalado para situarme en la encrucijada que todo hombre debe acometer en algún momento de su vida: ceder o no ceder el asiento al prójimo. La solución es sencilla cuando uno se limita a contemplar a éste como la abstracción social que es. Un pringao que ha llegado tarde, un cuerpo (hay pocos, la mayoría son bultos) que expele, transpira, aveces incluso rezuma sustancias que no aparecen ni en la tabla periódica de los elementos, un mostrenco que cabecea y ronca durante el trayecto, algunos incluso hablan, o ya directamente insultan. Que te ponen la pierna, la cabeza o cualquier otro apéndice encima a la que te descuidas. Que graznan una especie de rugido cavernoso, fétido y cazallero a modo de disculpa cuando consigues despertarles sacudiendotelos o chascando la lengua quinientas veces (que pareces un pastor con tics maxilofaciales por un subidón pastillero). Hasta aquí todos de acuerdo pero ¿qué hacer cuando es una fémina quien nos pone ojitos lánguidos? Ahí la cosa ya cambia y a no ser que seamos uno de los especímenes de cuya pormenorizada descripción ya he dado cuenta, lo normal, queridos míos, es ceder caballerosamente el asiento siempre y cuando se den algunas de las siguientes condiciones:
A) La señora es amorfa.
B) La señora esta que se cae de vieja.
C) La señora está embarazada.
D) La señora presenta una caprichosa combinación de cualquiera de las anteriores condiciones.
E) La señora no se sabe si es señora o señor pero lleva pendientes y falda (dejarlo correr si esta es a cuadros y por las cercanías divisáis alguna gaita).
F) La señora está que te cagas de buena y tú le cedes el asiento porque sí (vaya a ser que suene la flauta y ella te ceda otra cosa).

El único problema que le veo yo a esto es cuando se confunden o solapan dichas condiciones, cosa que desgraciadamente ocurre en muchas ocasiones. Por ejemplo cuando la señora parece embarazada pero en realidad es amorfa, o cuando crees que es muy mayor pero en realidad es más joven que tú aunque parezca curradísima, o cuando dudas si es un perico porque la señora tiene bello para gastar el sueldo en Gillettes y no sabes si es un fulano en plan andrógino o una licántropa de Parla ¿Qué hacer entonces? ¡Ah! Ahí os quiero ver luciendo buenos modales. ¡Con un par! ¿hay que jugársela y probar suerte o nos hacemos los locos? Os propongo unas cuantas soluciones para salir del lío:
A) Lleva siempre un libro contigo, puede ayudarte a pasar desapercibido. Ideal si el libro trata sobre algún tema que eche pa trás ("la esquizofrenia y yo", "Cómo encontrar curro al salir del talego" "Cómo castrar con las muelas del juicio", etc).
B) Llevar gafas de sol y poner cara de tio duro con ganas de sacar la mano a pasear, rollo B. Willis o S. Seagal.
C) Hacerte el dormido.
D) Simular tics y hablar sólo (nunca falla aunque hay peña que ni por esas)
E) El último recurso: No te laves. Si ya eres de los que sigues esta norma persevera y expulsa algunos gasecillos a tu alrededor, que se note tu "efecto Axe".
Esto ha sido todo, amiguetes.

domingo, julio 17, 2005

Gran Prix




Sí, sí, ya sé lo que deben andar pensando: "Otro gilipollas que sigue el gran prix". Pues no, ni muerto me trago al Ramontxu ese. Los motivos por los que adolezco de cierta gilipollez mental no se deben a este programa televisivo y tampoco vienen al caso. De hecho su visionado hubiera agrabado enormemente mi ya maltrecha capacidad cognitiva y mi neurólogo me tiene rigurosamente prohibido tratar de asimilar conceptos para los que, sencillamente, no estoy preparado. En fin, al turrón, el caso es que esta mañana he pasado por casa de mi vecina para hacerle algunos arreglos en el jardín (abstenerse de hacer chistes fáciles). Lo había pospuesto durante demasiado tiempo (por que ella lo vale) y estando como estoy de vacaciones (aunque sea mi último día) me parecía impropio de una persona de mi condición moral hacerme el sueco en plan Acebes (Angel no Octavio) cuando se le pregunta por el 11M y la participación de ETA en el evento.


Total, que ya me ven ustedes pertrechado de toda suerte de herramientas, bolsas y escalera de ocho peldaños dispuesto a cruzar el saloncito de la Angelita , que es como se llama mi señora vecina, caminito de su florido patio cuando me percato de que la familia (es un decir: una niña despeinada y muda, creo, en camisón, creo, bostezando cada treinta segundos y rascándose cada diez; la abuela, supongo, con un peinadito afro, unas gafas de culo de botella anís el mono y una bata estampada ideal para camuflarse en una casa de guarrillas; el perro que no responde ni por su nombre, de raza inclasificable, rascándose compulsivamente y obligándome de paso a que deje la escalera para empezar a rascarme yo a mi vez, y la Angelita que me dice buenos días agitando el brazo- es que no ve muy bien- y soltando espumarajos de leche con "Golden Grahams", que la pierden) está de buena mañana frente al televisor, partiéndose de la risa con unos tíos vestidos de boya incapaces de mantenerse en pie. Imáginen mi desconcierto. Yo que pensaba que nadie en su sano juicio era capaz de perder cinco minutos de su vida ante semejante bodrio televisivo y justo a escasos metros de mi casa... de nuevo ¡El Horror!

Y es que algo debe tener el agua cuando la bendicen, digo yo. Porque el programita de marras lleva once años en televisión, que es la edad mental que yo le echo al que se aficiona a verla. En cambio series de televisión de reconocido prestigio como Everwood, son eliminadas de la parrilla televisiva sin miramientos, partiendo por la mitad la emisión de la que ya era su tercera temporada, aludiendo a escasos índices de audiencia (léase: necesitamos el mismo número de mendrugos que babean con el "gran prix"). Es lo que tiene aficionarse a series de television: debes encomendarte a todos los santos y rezar para que la contraprogramación o el dichoso "share" no te deje tirado (pero eso es otra historia). Desde aquí hago un llamamiento para que, de una vez por todas, el españolito televidente se anime y se proponga hacer un esfuerzo televisivo (tal vez supremo), para evolucionar sobremanera y así alcanzar la siguiente fase, el próximo estadio evolutivo que le convierta realmente en un H. Sapiens Sapiens. Repitan conmigo en voz alta, muchas veces y seguiditas la palabra "Sapiens". Pues eso.
Desgraciadamente, al Jonhatan y al Richal, hermanos (pa qué negarlo) ya no hay quien los desenganche del gran prix. Fueron criados, al decir de su santa madre, "con leche materna y el Gran prix hasta que me cumlieron los 18". Actualmente apenas se les ve por el barrio. Algunos vecinos dicen que los han visto turnarse para ir al Condis a por pilas para el mando, ya que la mayor parte del día andan viendo reposiciones de temporadas anteriores. Se han presentado al casting 317 veces pero al final siempre los han echado para atrás porque son demasiado inteligentes para concursar. Parece ser que no dan el perfil. Tócate los cojones.

sábado, julio 16, 2005

¿Entiende alguien a Tolstoi?


"El amor no existe. Existe una necesidad carnal de comunicación y una necesidad racional de un compañero para la vida. La prueba de la inmortalidad del alma es su existencia. Todo muere, pueden decirme. No. Todo se transforma y a esta transformación nosotros lo llamamos muerte, pero nada desaparece. La esencia de todo ser - la materia - permanece. Hagamos un paralelo con el alma. La esencia del alma es el conocimiento de sí misma. El alma puede transformarse con la muerte, pero el conocimientro de sí misma, es decir, del alma, no muere."
Tolstoi 19/10/1852
"¡Qué bonito!", me digo a mí mismo tras leer estas palabras al tiempo que busco algún soporte que dé cobijo al chicle con el que ando dando vueltas desde que entré en la biblioteca. Qué bonito y qué profundo. Qué tío el Tolstoi ese, oyes. Qué claro lo tenía tó. Osea que el amor no existe, vale tío, aluego se lo explico a la parienta pero despacito, que tiene una facilidad para tirar chanclas...y siempre acierta la jodía. Peladita tengo la coronilla de las chancletás que me propina cuando se pone (de los nervios). Total que pego el chicle bajo el monitor del capullo que me presta el libro, me despido alzando la manita y agitándola mientras sonrío, rollo reina de Inglaterra (anotar en la agenda: "dirigirle la palabra algún día al bibliotecario antes de que me dé por Autista o que simplemente me dé"), salgo a la calle rumiando todavía esas palabras y entonces caigo en la cuenta: ¡El horror! si nada desaparece eso quiere decir que tengo suegra para rato. Y trato de imaginar en qué coño se puede transformar mi suegra para perpetuar el tormento a que me tiene sometido desde tiempos inmemoriables. ¡Que perra suerte la mía! ¿Tendrá razón el Tolstoi? ¿Tenía suegra? ¿Y su mujer, lanzaba también ella las chanclas con la gracia y donaire con que lo hace la mía? ¡Ah! la mía, la mía...
- ¿Qué horas son estas? ¿De dónde vienes? ¿Tienes tabaco?
- Sabes que no fumo cielito, vengo de la biblioteca y... ¿cuál era la primera pregunta?
- ¿De verdad esperas que me crea que vienes de la biblioteca?
- Pues claro, y he estado leyendo a Tolstoi, ¡ahí es ná! Y el tío dice que tú eres una necesidad carnal para toda la vida, bueno, para toda la vida no, sólo hasta que te transformas. Y que tu madre no se va a morir porque al parecer tiene alma, ya ves tú, ¡quién había de decirlo! sí hubiera jurado que nisiquiera se reflejaba en los espejos, ja, ...¿qué pasa? No me mires así que tú no tienes ni idea de quien era Tolstoi ¿Te encuentras bien? ¿Por qué te agachas? ¿Te apretan las chanclas?

jueves, julio 14, 2005

EN 100 AÑOS...


Parece ser que la tendencia demográfica nos aboca irremisiblemente a la senilidad universal. En el 2050 el nuestro será el país con más ancianos del mundo, después de Japón (más o menos como ahora pero a lo bestia). Treinta de cada cien tios podrán jugar al tetris con lo que queden de sus dientes, desplazarse como el Terminator en las escenas pre-"sayonaya baby" y colarse descaradamente en el Condis aludiendo a unas incipientes cataratas (los japoneses lo tienen a huevo con esos ojitos de hucha que se gastan los jodíos) o cualquier otra anomalía visual de esas que te obligan a pasear con las lupas de King Kong. Y en ese mismo club se incluye un servidor, siendo muy optimista, ya que por esas fechas habré alcanzado los 79 años. Curiosamente ayer apareció otra noticia en el telediario que junto con la anterior conforman una de esas atmósferas informativas tan densas como sospechosamente confabuladas para acabar de mosquearte el día. A saber: ha salido a bolsa una empresa dedicada al trascendental mundo de la estética y de la que me guardo muy mucho de hacer publicidad porque bastante nos machacan todos los días por TV con unos anuncios donde tías como diosas nos aseguran con cara de zorronas (rollo "Britney-peino-canas-yaún-nohe-tocao-pelo") que lo suyo no es de fábrica, cuando cualquiera puede ver que lo que no es de fábrica humana son los bisturís para semejante trabajito fino. Total que como yo lo veo, con la población acumulando lorzas pliegues y arrugas a marchas forzadas, empresas como esas no sólo van a proliferar como setas sino que sus cotizaciones en el parquet van a retirar a más de uno (vease a Marujita y Parada en su yate rollo bollo-sado). Al tiempo, la arruga, además de bella, puede ser muy, pero que muy rentable.

martes, julio 12, 2005

PRUEBA PILOTO

No puedo evitar sentirme así, de esta guisa, cada vez que alguien me hace una pregunta que guarde relación con la informática. De hecho, y ahora que lo pienso, no puedo evitar sentirme así cuando se me pregunta algo. Es una especie de bloqueo místiconeuronal que me reduce al mismo plano existencial que las amebas, pero con gafas ( de las que leen pero no retienen, vamos). Total, que aquí estoy peleándome con los entresijos virtuales de estos inventos diabólicos para dejar constancia de que las amebas también son capaces de crear su blog. Es una prueba piloto. Denme tiempo. ¿Alguna pregunta?