miércoles, diciembre 19, 2012

"Somos tiempo. Los seres humanos somos tiempo. Estamos hechos de tiempo amasado con arcilla, y tres o cuatro recuerdos. Ésa es la materia prima de la que estamos formados. Segundos. Minutos. Meses. Años. Décadas. Siglos. Milenios. Y yo estoy aquí sin saber qué hacer y tiemblo. Tiemblo de tiempo."

La voz cantante - Eloy Tizón

miércoles, noviembre 07, 2012

"Hoy después de comer he retirado el mantel, he lavado los platos, y un día estaré muerto."

                                                                                                 Eloy Tizón

domingo, agosto 12, 2012

Para ponerse triste no vale cualquiera. Los hay que se pasan y casi dan risa, los hay que no llegan y parecen enfadados o aburridos de la tarde de sábado. Para ponerse triste tendríamos que recibir clases, como de todo lo importante, porque estar triste es asumir que las cosas no están donde deberían y tampoco quedan las fuerzas necesarias para recolocarlas. Para estar triste en condiciones deberíamos pensar de nuevo en aquella mudanza en que se discutió por un regalo y nadie se salió con la suya, ni siquiera el que consiguió quedárselo. O también en la amiga a la que prometimos llamar pronto sin saber que era la última vez que tendríamos ocasión de decirle algo. O en una canción que fue la primera que sonó en el coche de alguien y que ya no nos conmueve como antes, como si la hubieran envasado al vacío y la vendieran en los supermercados. O en los perros que vamos dejando atrás. Pongámonos tristes envueltos en un albornoz enorme y blanco, que como todo el mundo sabe es la prenda con la que mejor se llora, pero solo cuando lleguemos a la conclusión de que inventamos casi todo lo que nos pasa y lo que no nos pasa. 



 Patricia Esteban Erles




El texto y la imagen corresponden íntegramente a una entrada de la cuenta de Facebook de la escritora Patricia Esteban Erles, publicado el 11/08/12

domingo, mayo 20, 2012

Viernes Santo

No recordarme. No recordar nada. Nunca recuerdo nada.

Odio no saber de que me hablan cuando todo el mundo da por hecho que lo sé. Tan solo respiramos el mismo oxigeno pero eso no nos hace iguales. Cada día que pasa estoy mas alejado de todo y de todos, como si fuera uno de esos pasajeros ebrios que siempre acaban rezagados en cubierta, ajenos al ritmo de la fiesta y que nadie echa de menos si se caen por la borda. A veces el tiempo es un juguete extraño en mis manos. Un oscuro artilugio con un resorte oculto que mi torpeza no logra descubrir. Soy ese mono viejo y cansado que juega a resolver enigmas para niños al otro lado del cristal. Soy ese hombre que arrastra los pies al otro lado de la calle y que vigila su reflejo balbuciente en los escaparates para asegurarse de que todavía existe, de que sigue respirando. Una sombra a la luz de vuestro mediodía.

No recuerdo cuando deje de oír las mismas palabras que oye la gente. En realidad ni si quiera estoy seguro de que eso me importe. Estar solo no es tan horrible si no piensas demasiado en ello. No recordar nada, al fin y al cabo, puede ser a veces una bendición.