Bajo la alfombra de nuestras miserias se esconde un ego en avanzado estado de descomposición. Toda la ruindad de que somos capaces es tan solo fruto del aburrimiento, de la rutina que ve florecer a cientos de aves extrañas de entre los restos de nuestro cadáver. Todas ellas a buen recaudo, al abrigo de la espesa y sombría fronda del árbol de nuestro egoismo.
jueves, agosto 17, 2006
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