sábado, diciembre 02, 2006

reencuentro

Estuve así mucho tiempo. No sabría decir cuanto con seguridad. Apoyado levemente, ora sobre un hombro, ora sobre otro, en el rimero de las últimas novedades templarias o en algún otro expositor de capitanesalatristes que por allí sobreabundaban, mientras te lanzaba miradas que empezaban a alejarse de la mera curiosidad. Desde hacía algún tiempo (pero ya he dicho que no recuerdo cuánto) permanecí agazapado en mi distancia, embozado en mi disfraz de bibliófilo empedernido mientras estudiaba tus movimientos. Creí en un principio que erás tú, que se trataba de tí, y fueron muchas las miradas y los rodeos y la estupida ponderación con que uno hace sus cuentas por ver si los años y algún envite mal templado eran cincel suficiente para transmutar tu efigie de chico medroso y apocado. Y no me equivoqué. Eras tú. No imaginas cuanta alegría verte de nuevo. Allí con un libro en las manos. Emocionado con algún verso que aún palpitaba en tus labios de opalo fuego, ya un tanto apagados, levemente trasijado y más encorvado (o quizá era inusitado interés por algún nuevo hallazgo), todavía con esas gafas que nada ocultan y esas cejas tan oscuras que las coronan indolentes. Esa mañana no te habías afeitado y junto al cabello largo y algo descuidado, y las magras hechuras que presentabas hubiérase dicho que andabas apurado y en mala racha, de no saber, como sabía, que no ha habido ni habrá jamás tormenta que pueda domeñar el ánimo siempre jovial y optimista que otrora te disfruté. ¡Que bueno volver a verte! ¿Cuánto tiempo habría pasado?
Me acerqué a tí y a tu libro. Enderezaste la mirada todavía perdida y me la ofreciste indefenso, no sabiendo. Hasta que supiste. Me abrazaste como se abraza uno a los restos de un naufragio. Te abracé como se abraza uno a un retazo de fé que se creía perdida. Sé que te sostuve y que me sostuviste y que tu libro cayó al suelo y que lloramos mucho ese día, por todos los días que no nos tuvimos. Pero no sabría decir cuánto tiempo con seguridad. El tiempo, siempre el tiempo.

No hay comentarios.: