domingo, marzo 29, 2009

Entre mis páginas

Uno entra y pregunta "¿Cómo va todo?" y cierra sus oídos como si fueran dependencias estancas, ojos que pueden retirarse de la luz, de lo que no quiere verse, de toda ofensa. A uno le preguntan "¿Cómo va todo?" y responde vaguedades que permanecen suspendidas, densas y absurdas como esas nubes que cobran vidas insolitas en las miradas de los hombres incompletos.
Son llaves. Sólo eso. Llaves que no abren ninguna puerta. Llaves como las que pudieran descubrirse en el bolsillo de un cadáver.

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