No más lágrimas, me digo, no más lágrimas. Hay corazones vacíos, quisiera decirte. No son mejores ni peores. Hay escapistas que no escapan. Hay oquedades que no se pueden rellenar. Uno no debería nunca, bajo ningún concepto, poner el cuello sobre el filo de una navaja que no fuera la suya. Ahora es tarde, pienso. Nunca hubo nadie ahí afuera a quien poder contárselo. Solo quedabas tú. Ahora lo sé.
jueves, diciembre 23, 2010
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1 comentario:
Busca, no dejes de buscar.
Orejas o lo que sea. De momento lo has escrito. Yo lo he leído.
¿Ves?
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