viernes, noviembre 04, 2005

Mr.Ansar, Where are you?


Ando enfrascado en la lectura de todos los artículos que Javier Marías (me deshago en genuflexiones) publicó en el suplemento dominical de "el País" desde febrero 2003 a febrero de 2005, unos noventa y nueve creo recordar, y que ahora vienen primorosamente recogidos de la mano de alfaguara bajo el sugerente título de "El oficio de oír llover". La cuestión es que casi me había olvidado (del todo es imposible) de todo el odio y la crispación que Mr. Ansar y sus adláteres sembraron a lo largo y ancho de nuestro singular conjunto de singularidades nacionales, por no nombrar lo mucho y bien que se le recuerda en algunos de los corrillos que se forman entre los clientes del hotel Guantánamo o los lugareños que sobreviven en Irak. Casi me había olvidado, digo, porque es absolutamente imposible (ni en modo alguno pretendo, flaco favor democrático nos haríamos) amordazar a todos los voceros que en el PP han sido y que todavía siguen ladrando al son de tripartitos, estatuts y de más historias propiciatorias de las más arrebatadas soflamas que a la menor ocasión nos sueltan de carrerilla, como si de una consigna "Made in FAES" se tratase. La primera parte del libro (sigo con él) es un florido homenaje a la gestión de ese pequeño gran hombre que a tantos comediantes e imitadores ha dado de comer y que, al mismo tiempo, tantos atragantamientos masivos ha producido con su sola presencia, con la versatilidad de su verbo anglosajón (solo comparable a la del príncipe gitano - escúchese "In the ghetto"-) o su contagiosa sonrisa de indigestión perpétua. Mr. Ansar, ¿Por dónde anda, buen hombre? No , no, no hace falta que vuelva, no se moleste, con lo que nos ha costado que se largara (qué largo se nos hizo verle cumplir su promesa de batirse en retirada y qué caro nos lo cobró), estas líneas eran solo para rendir homenaje a todas aquellas veces, pocas, que nos ha hecho reír con el fruto de su disparatado, ególatra e insufrible proceder. ¡Ole Mr. Ansar! pero, en lo sucesivo, por favor, que le rían los chistes en su casa.

No hay comentarios.: