viernes, enero 06, 2006

Empieza el año

Ahora sí. Vinieron los reyes magos con sus prebendas, carbones, roscones y loterías que no tocan, y nos quedamos todos a la espera de iniciar un nuevo año. Porque el 2006 no empieza, desengáñense, hasta que uno no suelta los mazapanes y la zambomba y se interna nuevamente en el fregado diario que se repetirá, hasta la náusea, durante los siguientes 365 días. Ahí están los jefes, desdibujada la cínica sonrisa que se perfilaba dulzona y solícita en las pasadas vísperas festivas, con el gesto desencajado y grave que les es más propicio para ejercer de tales; ahí los compañeros, con sus historias y sus paranoias y sus gracias (que algunos las tienen), acelerados un poco más por aquello de que este año el fumar se va a acabar. Son muchos los deseos y los proyectos, como cada año. El mío, el de siempre: salud, dinero y Cindy Crawford, y en su defecto Virgencita, virgencita...

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