jueves, diciembre 01, 2005

hipertrofia gonadal


Hacía tiempo que no echaba unas líneas. Es una pena que tenga que ser en estas condiciones, con los bajos hinchados a costa de la pachorra humana con la que tiene que lidiar uno día a día. Hoy ha sido uno de esos días en los que dejas de ser invisible y maldices el momento en que cobraste tangibilidad para el resto del mundo: ¡Eh, tú! ¡Mequetrefe! mira mi ombligo. Es el ombligo del mundo, me sueltan los "hombres-ombligo", como si sus ombligos no acumularan pelusilla, como si fuera aquello un granero de flores de lis. Es lo que tienen los ombligos, que crecen siendo el centro en torno al que gravitan míseros universos de poliespan y purpurina, y los demás, los "hombres-quetefollen", tan solo vinimos al mundo para dar testimonio de la belleza que irradian aquellos, para boquear estupefactos ante los pesares y tribulaciones que asolan sus divinas existencias. Pobrecitos. Sólo ellos tienen problemas, sólo ellos tienen ombligo.

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