lunes, abril 02, 2007

La hora del final

"La hora del final. Oigo más cerca el reloj que la va a dar. Me intriga, no me aflige demasiado. Es mi modo de elevarme un poco por encima de lo vulgar, de mi, a quien duele mucho e intriga poco. Cosas, lugares, incluso afectos, a partir de cierta edad no pertenecen a la realidad, sino a la memoria, donde su destino ya sólo es de cada cual. Sin embargo hay una desesperación mansa en nosotros por no haber realizado, no exactamente lo que se llama "el sueño", porque tener un "sueño" ya es saber lo que es, sino lo que trajera la paz por haber agotado todo lo posible, lo que en nosotros quiere responder a una voz incierta que nos habla y no conseguimos escuchar, que habla pero no sabemos de qué. Tengo en mi más posibilidades que todas las realizaciones que haya podido realizar. Pero lo más insoportable es que esas realizaciones dejen absolutamente intactas esas posibilidades. Como el hígado de Prometeo, las posibilidades se reconstruyen inmediatamente después de haber hecho efectiva una realización. Como el vientre de una mujer que queda entero para otro hijo. Una realización existe en sí misma, y por tanto, no existe en la posibilidad que se es. Y eso es lo que nos llevaremos a la muerte, ese fallo enorme de nuestra imposibilidad. Y eso es lo que mas duele ante los avisos del final: esta absoluta nulidad de lo que he hecho y la alucinación de hacer, antes de que llegue la hora."

Vergílio Ferreira, Pensar

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