domingo, julio 24, 2005

Bricopollas



Sí, es posible que me haya excedido. Que un título como este, lejos de ser gracioso, lo único que consiga es hacer pensar a los imposibles lectores de este blog que su autor es un grosero, como poco. Lo cierto es que solo pretendía desahogarme y la culpa de mi lamentable estado de nervios la tiene el capullo que dirige el programita conocido como "Bricomanía". Sin duda este es el tipo responsable del mayor índice de separaciones y divorcios de nuestro país. Porque ustedes no saben lo que supone estar casado y asistir en familia a la emisión de uno de esos programas. Al principio todo era muy sencillo e incluso se agradecía que un alma caritativa se dignara a iluminar al resto de los mortales sobre los usos de las diferentes herramientas que existen. Mi padre aporreaba los clavos con lo primero que le venía a mano, sin ir más lejos, motivo por el cual tardé muchos años en descubrir para qué sirve un martillo. La cuestión es que hacía tiempo que había perdido la pista a este programa. Sabía que ahora es telecinco y no la primera de TVE quien lo emite. Lo que no sabía era que los contenidos del programa habían superado con creces toda expectativa humanamente previsible. Ahora el de la barba ya no se conforma con enseñarnos a colgar un cuadro o a pintar una pared como Dios manda, no, ahora se dedica a enseñarnos cosillas tales como ¡Construir una piscina en nuestro jardín! ¡Pero es que este tio no se ha enterado de cómo anda la vivienda en este país, o de los metros cuadrados de que disponemos!
Pero eso no es todo. Ahora el resumen previo a la hazaña ya no cuenta con los utensilios típicos: tornabís, martillo, cola en sus múltiples variantes, tornillos, etc; ahora nos recomiendan utilizar hormigoneras o retroexcavadoras (juro que en el capítulo de hoy salía el tío manejando uno de esos trastos y excavando en el jardín, que paracía McGiver, el tío). ¡Arg! Cómo le odio. La parienta le mira, ve lo que hace, y luego, claro está, compara. Ahí empieza el problema. Cuando tienes que explicarle que en la tele no todo es como lo pintan. Porque digo yo que el capullo ese no será tan multiusos y perfectito como parece, ¿no? Otro día hablamos del comeflores de la coleta, que también taladra lo suyo con los geranios, los tiestos, el abono y esos infernales nombres botánicos.

Mírenlo ahí, tan pancho. Riendo como quien no sabe de qué va la cosa. Casi diría uno que ajeno a todo el mal que provoca semejante bestia parda. Si es que encima va de guapo. Por cierto, ¿Habrá hecho él ese extrañó sofá estantería?

1 comentario:

Zemo dijo...

Calla calla, que al final saldrá el botanico explicandonos en cinco minutos como reconstruir los bosques de Guadalajara en cinco cómodos pasos XD.