domingo, octubre 23, 2005

Serendipity




¿Te gusta el cine ñoño y pastelón? ya sabes, ese tipo de comedias románticas en las que todo acaba invariablemente bien, donde el chico encuentra chica y no hay dios que los separe se convierte en el "leit motive" en torno al cual gira todo el argumento. Si es así y además te emocionas hasta con los anuncios de turrón, Serendipity es tu película.

Comedia romántica acerca de la fuerza del destino sobre dos personas que acaban no deseando otra cosa que reencontrarse. Cierto bullicioso día de compras del invierno de 1990, Jonathan Trager (John Cusack) se cruza con Sara Thomas (Kate Beckinsale). Son dos extraños en medio del gentío de la ciudad de Nueva York cuyos pasos han coincidido llevados por el loco torbellino festivo, cayendo presos de una mutua e irrefrenable atracción. Aunque cada uno de ellos está comprometido con su respectiva pareja, Jonathan y Sara emplean toda la tarde vagando por Manhattan, sin saber en todo ese tiempo el nombre del otro. Para cuando la velada llega al inevitable final, ambos sienten la necesidad de decidir el siguiente paso a dar. Cuando un turbado Jonathan sugiere intercambiar números de teléfono, Sara se detiene bruscamente y propone una idea que deja en el destino las riendas del futuro. Si resultan estar predestinados a permanecer juntos, le dice Sara, hallarán el modo de reencontrarse. Cuanto menos, ése es el plan. Sin embargo, la suerte no apunta en tal dirección. Algunos años después, las vidas de Jonathan y Sara han emprendido direcciones drásticamente distintas, hallándose ante la perspectiva de casarse con otra persona. De una vez por todas, ha llegado la hora de la verdad para ambos al tratar de satisfacer la curiosidad localizándose mutuamente por todos los medios posibles. Pero, ¿podrán burlar el destino y sujetar sus riendas?.
Según la wikipedia (allá cada cual) Serendipia "es un neologismo procedente de la palabra serendipity y hace referencia al modo en que se produce un descubrimiento científico trascendental que se realiza de repente gracias a un accidente o una extraña casualidad."
Extrapolada a un ambito mucho más convencional, la serendipia sería una increible casualidad, quizá como tantas se dan en nuestras vidas, en infinidad de detalles, pero ésta además se caracteriza por resultar tan descabellada que resulta imposible no pensar que ha podido ser dirigida por "algo", llamémoslo... ¿destino?

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