sábado, septiembre 02, 2006

¿El escarabajo polla?

Llega septiembre y debemos reincorporarnos a nuestros puestos de trabajo. De nuevo en la oficina haciendo frente a las sonrisas cínicas de ciertas hienas que siempre se hacen más soportables atrincherado, hombro con hombro, junto al último reducto de la humanidad, que suele encarnarse en uno o dos compañeros. No más. Afortunadamente aún me queda una semanita para esto. Con septiembre llegan también las depresiones, los divorcios, las altas masivas en los gimnasios y la consabida retahíla de coleccionables cutres que se amontonan en los quioscos año tras año. Uno de estos, ofrecido, como no, por RBA ediciones bajo el nombre de "Bichos", se anuncia estos días en televisión. En el anuncio aparece un abnegado padre junto a sus dos retoños pasando revista a todos sus bichitos de quiosco. Uno de ellos es capaz, asegura una voz en off que debe ser la del padre, de detectar un incendio a ochenta kilómetros de distancia, y en ese momento el niño alza alborozado un ejemplar del susodicho bichito de marras al tiempo que lo identifica por un nombre que, dicho sea con sinceridad, me obligo a expulsar con cierta urgencia un copazo que en aquel momento me estaba regalando. ¡¡"El escarabajo polla"!!

Después de visionar el anuncio tres veces más (silencio sepulcral en la casa, ni el vuelo de una mosca, todos esperando a que el niño repeinado alce la mano para enseñarnos su ejemplar de escarabajo polla) sigo ecuchando escarabajo polla, lo juro, y ya estoy por llamar a RBA para que me lo aclare o, en su defecto, a mi psiquiatra para que averigüe si tengo alguna obsesión oculta por los genitales masculinos que me hace escuchar voces obscenas en boca de cualquier inocente criaturita. Sea como sea estos días me asaltan dudas terribles que me hunden más y más en mi vasta ignorancia sobre la flora y fauna autóctona: ¿Existirán realmente los escarabajos polla? ¿Recibirán tan explícito y procaz nombre en honor a su descubridor, algún profesor pollosky o Pollof amante de los coleópteros? ¿o Tal vez por su forma? ¿O por sus generosos atributos? ¿Y se puede saber con qué demonios detectan estos bichos los incendios a ochenta kilometros?

Mientras desgrano todo tipo de dudas existenciales hasta bien entrado el dilúculo, aquí me envían una foto del Genaro con un ejemplar que se vió sorprendido en plena nevada. El Genaro parece contento. El escarabajo polla también.

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