martes, septiembre 12, 2006

¿Y esto?


"Los hombres son niños cuya voluntad puede gobernarse si sabe canjearse por el juguete apropiado. He conocido a cientos de hombres y detrás de todos ellos se escondía el mismo crío; las mismas carencias que piden a gritos resarcimiento y compensación. Sólo hay que tender la mano en el momento justo y procurar que al abrirla, ésta contenga aquello y sólo aquello que nuestro niño ansía. Le sorprendería lo lejos que puede llegar ese niño convenientemente incentivado, y le sorprendería también descubrir lo que algunos de ellos desean ver en nuestra mano. Hay ofrendas imposibles. Peticiones que paralizan el pulso y sostienen el mundo para ofrecérnoslo renovado. Hay peticiones que son un reto aceptado y compartido, un descubrirse el juego, un recoger el guante y azotarnos el rostro con él. Hay niños detrás de hombres que sólo ansían jugar con otros hombres, con otros niños. Conviene cuidarse de ellos porque esos niños ven el mundo con nuestros ojos y se lanzan a conquistar tierras fronterizas que usted y yo apenas alcanzaríamos a columbrar. Se embarcan en viajes peligrosos sin encomendarse a nada en lo que usted o yo podamos creer, y pueden olvidar escenas que a nosotros nos acompañarían el resto de nuestra vida. No puedo evitar sentir una especial atracción por esos seres y esa sería sin duda mi perdición de no haber renunciado hace tiempo al trato con los hombres; a limitar su contacto a meros trámites; ineludibles; insoslayables, me temo."

Supongo que incluso a los encantadores de serpientes se les acaba el aliento.

No hay comentarios.: